Querida Susanna,
nos conocimos hace muchos años, durante unas vacaciones de estudio en Salamanca, España y hoy descubro que desafortunadamente has volado al cielo. A pesar de que no nos habíamos escrito durante mucho tiempo, nunca he olvidado tu sonrisa contagiosa, tu alegría de vivir y tu extrema sensibilidad. Que seas feliz, amiga mía, llegará un día en que nos volveremos a encontrar y nos contaremos todo.
Maria Angela